TESOROS DE LA BIBLIA, Semana del 16 al 22 de Junio del 2025, Anime con sus palabras a quienes tienen problemas de salud

Discurso Preparado de TESOROS DE LA BIBLIA de esta Semana del 16 al 22 de Junio del 2025 "Anime con sus palabras a quienes tienen problemas de salud"

Discurso Preparado de TESOROS DE LA BIBLIA de esta Semana del 16 al 22 de Junio del 2025

"Anime con sus palabras a quienes tienen problemas de salud"

¿Ha estado alguna vez tan enfermo que lo único que necesitaba era que alguien lo escuchara… que le dijera algo que le diera fuerzas?
Muchos hermanos y hermanas hoy enfrentan problemas de salud muy difíciles. Algunos tienen enfermedades visibles. Otros luchan con dolencias que nadie nota a simple vista. Y aunque no podemos hacer que se curen, sí podemos ser una fuente de alivio y consuelo si usamos bien nuestras palabras.

En este discurso veremos cómo nuestras palabras pueden animar de verdad a los que sufren. Analizaremos tres puntos prácticos:

  1. Dejarnos guiar por la sabiduría de Dios al hablar.

  2. Ponernos en el lugar de la persona.

  3. Ser amigos pacientes y comprensivos.

Acompáñenme a reflexionar juntos sobre estos principios bíblicos tan valiosos.

1. Cuando hable, déjese guiar por la sabiduría de Dios (Proverbios 18:4)

Leamos juntos Proverbios 18:4:

“Las palabras del hombre son aguas profundas. La fuente de sabiduría es como un arroyo que fluye sin parar.”

Este texto compara las palabras sabias con un manantial constante. ¿Verdad que en tiempos de sequía el agua fresca es un tesoro? Pues para alguien enfermo, unas palabras sabias, bondadosas y oportunas pueden ser tan refrescantes como ese manantial.

Pero eso no pasa por accidente. Como dice Lucas 6:45, “de la abundancia del corazón habla la boca”. Si llenamos nuestro corazón con lo que Jehová enseña, nuestras palabras también serán reconfortantes.

Por ejemplo, Proverbios 12:18 nos recuerda que:

“Las palabras dichas sin pensar son como los golpes de una espada, pero la lengua de los sabios cura las heridas.”

Cuando alguien está delicado de salud, una frase mal dicha puede desanimarlo más, aunque no lo hagamos con mala intención. Así que antes de hablar, es sabio pensar: “¿Lo que voy a decir va a ayudar… o va a herir?”

También es sabio evitar comentarios sobre otros o chismes, especialmente si afectan a la persona enferma o a su entorno. Proverbios 20:19 dice:

“El chismoso anda revelando conversaciones confidenciales; no te juntes con el que habla demasiado.”

Si evitamos eso, fortaleceremos la confianza con nuestros hermanos, y nuestra amistad será un refugio seguro en momentos difíciles.

2. Trate de ponerse en el lugar de la persona (Proverbios 18:13)

Veamos ahora Proverbios 18:13:

“Cuando alguien responde antes de escuchar, es una necedad y una humillación.”

Cuando escuchamos con atención a alguien enfermo, le estamos diciendo sin palabras: “Tú me importas. Lo que sientes vale”.
En vez de intentar buscar soluciones rápidas o decir: “Sé cómo te sientes”, es mejor simplemente escuchar, con empatía.

A veces, ni siquiera hace falta decir mucho. Frases sencillas como “No sé qué decir, pero estoy contigo” o “Te quiero mucho” pueden llegar al corazón y consolar más que largos discursos.

Y si la persona tiene una enfermedad que no se nota, debemos tener aún más cuidado de no minimizar su sufrimiento. Proverbios 11:2 dice que “con los humildes viene la sabiduría”. La humildad nos ayuda a no juzgar lo que no entendemos.

¿Qué más podemos hacer?

¿Por qué no investigar un poco sobre la enfermedad que padece nuestro hermano o amigo? Aunque no somos doctores, el interés genuino por entender nos permitirá decir cosas más acertadas y mostrar verdadero amor. Claro, sin dar consejos que no se nos han pedido.

También es útil ofrecer ayuda específica. Tal vez decir: “¿Puedo hacerte la compra esta semana?” o “¿Quieres que te acompañe a la cita médica?” puede ser más útil que preguntar “¿Necesitas algo?”, ya que a veces no se animan a pedir ayuda.

Leamos Gálatas 6:2:

“Sigan llevándose las cargas unos a otros y así cumplirán la ley del Cristo.”

Cuando llevamos juntos una carga pesada, se hace más liviana. Incluso si no la quitamos del todo, sí la hacemos más llevadera.

Y no nos rindamos si un amigo enfermo cancela planes o no quiere hablar. La enfermedad puede afectar su ánimo o sus energías. Como dice Proverbios 18:24, “hay amigos más leales que un hermano”. A veces, la mayor ayuda es simplemente estar allí, aunque sea en silencio.

3. Sea un amigo paciente y comprensivo (Proverbios 18:24)

La imagen que acompaña este discurso ilustra esto perfectamente.
En ella vemos a una hermana sentada al lado de otra que está visiblemente enferma. La hermana sana no está diciendo mucho. Solo la escucha con atención, con una mirada llena de cariño. Eso también es una forma poderosa de animar.

Recordemos lo que dice 1 Tesalonicenses 5:14:

“Consuelen a los deprimidos, den apoyo a los débiles, sean pacientes con todos.”

La paciencia es esencial. Un amigo enfermo puede sentirse triste, frustrado o incluso impaciente. Pero el amor verdadero es paciente.
Como dice Proverbios 17:17:

“El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia.”

Y no olvidemos ser prácticos. Tal vez nuestro amigo no sepa cómo expresar lo que necesita. Podemos proponer ideas: “¿Te gustaría que camináramos un rato?” o “¿Quieres que te acompañe a hacer un trámite?”

No se trata de resolver sus problemas, sino de ser ese hermano que ama en todo momento, el que está allí, fiel, aunque el otro no siempre esté disponible o de buen ánimo.


CONCLUSIÓN

Hermanos, nuestras palabras tienen poder. Poder para herir… o para sanar.
Cuando nos dejamos guiar por la sabiduría de Dios, escuchamos con atención, y somos pacientes, podemos ser ese “arroyo que fluye sin parar” para un corazón cansado.

Quizás no podamos cambiar la salud de nuestro hermano, pero sí podemos refrescar su espíritu y recordarle que Jehová lo ama y que no está solo.

Así que, la próxima vez que sepamos que alguien está enfermo o pasando por un momento difícil, pensemos:
¿Qué puedo decir o hacer hoy que le dé alivio… que lo acerque un poquito más al consuelo de Jehová?

Si lo hacemos, seremos verdaderos amigos… y nuestros hermanos enfermos sentirán que Jehová los está animando por medio de nosotros.