📝Comentarios del Estudio de La Atalaya 17-23 Noviembre 2025 La mejor manera de reaccionar ante las injusticias

¿Cómo pueden los cristianos enfrentar las injusticias? | Comentarios del Estudio de La Atalaya 17-23 Noviembre 2025

Descubre comentarios prácticos y bíblicos del Estudio de La Atalaya del 17 al 23 de noviembre de 2025, “La mejor manera de reaccionar ante las injusticias”. Aprende cómo Jehová nos ayuda a mantener la paz, confiar en su justicia y reaccionar de la mejor manera cuando sufrimos situaciones injustas. Ideal para preparación personal, comentarios en la reunión y meditación espiritual.

"La mejor manera de reaccionar ante las injusticias"

Preg. 1, 2 — ¿Cómo reaccionan muchas personas ante las injusticias, y qué es posible que nos preguntemos?

Nos indigna ver injusticias; muchos participan en protestas o apoyan líderes. Nosotros debemos preguntarnos: ¿cómo reaccionar de forma que honre a Jehová y que no nos vuelva "parte del mundo"? Buscamos la respuesta en la guía bíblica.

Aunque la indignación es natural, nuestra reacción debe alinearse con lo que enseña la Biblia. Nosotros consideramos si nuestras acciones nos acercan a Jehová o nos alejan. La pregunta clave es: ¿qué puede hacer ahora que sea conforme al Reino?

Nos preocupa perder neutralidad política. Al responder, recordamos que el Reino de Dios es la solución definitiva y que apoyar movimientos humanos puede desviarnos de nuestra misión de predicar.

Sentimos compasión por las víctimas; por eso actuamos con empatía práctica: ayudamos a quien sufre, consolamos y ofrecemos apoyo sin asumir bandos políticos.

Nos preguntamos qué podemos hacer ya: enseñar, consolar y predicar. Reconocemos nuestra responsabilidad personal de no delegar todo en gobiernos humanos.

JEHOVÁ Y JESÚS ODIAN LAS INJUSTICIAS

Preg. 3 — ¿Por qué es natural que nos sintamos indignados ante las injusticias? (Isaías 5:7)

Nos indigna porque fuimos creados a imagen de Dios, y Jehová ama la rectitud. Ver injusticia despierta en nosotros el deseo de justicia, lo cual es señal de estar hechos para reflejar su carácter.

Nuestro rechazo a la injusticia nace de que Jehová valora la justicia. Nosotros sentimos esa indignación porque Él puso en nosotros un sentido de lo que es correcto y nos impulsa a actuar con integridad.

Recordamos que la Escritura muestra la reacción de Jehová ante la injusticia; por eso nuestra indignación debe llevarnos a la oración y a la acción espiritual, no a la venganza.

Aunque la indignación es justificable, nosotros vigilamos que no se convierta en amargura; la Biblia nos llama a conservar la paz interior mientras denunciamos lo malo.

Nuestra indignación nos motivará a practicar la rectitud personal y a exhortar con amor, mostrando que queremos un mundo reflejo de la justicia divina.

Preg. 4 — ¿Qué nos enseña sobre Jesús el relato del hombre con la mano paralizada?

Jesús se compadeció y actuó para ayudar; mostró que la empatía y la acción para aliviar el sufrimiento son reacciones correctas ante la injusticia.

Al curar, Jesús puso la necesidad humana por encima de interpretaciones frías de la ley. Nosotros aprendemos que la compasión activa es la respuesta evangélica frente al sufrimiento injusto.

Aprendemos a no ser legalistas. Nosotros evitamos usar normas para justificar indiferencia; preferimos la aplicación sabia y compasiva de principios bíblicos.

Jesús actuó personalmente. Nosotros, como congregación, imitamos su ejemplo cuidando y auxiliando, no solo opinando desde la distancia.

Nos recuerda que la prioridad es la persona necesitada; nuestra reacción debe centrarse en aliviar y restaurar, no en aparentar rectitud.

Preg. 5 — ¿Qué debemos recordar si nos enojamos por una injusticia?

Recordamos que la ira puede ser justa, pero no productiva si perdura; debemos controlarla y evitar que dañe nuestra salud y testimonios.

Aun cuando la ira es natural, prolongarla puede destruirnos. Nosotros transformamos esa energía en oración, servicio y predicación, evitando resentimientos y acciones irracionales.

Nos cuidamos: reconocemos la emoción, procesamos en oración y buscamos apoyo bíblico, protegiendo así nuestro bienestar emocional.

Antes de actuar, pausamos y pensamos si la reacción honra a Jehová. Evitamos respuestas impulsivas que empeoren la situación.

Convertimos indignación en motivación para orar, consolar y predicar; hacemos de la rabia un catalizador para el bien, no para la guerra.

CÓMO REACCIONÓ JESÚS ANTE LAS INJUSTICIAS

Preg. 6 — ¿Qué injusticias vio Jesús cuando estuvo en la Tierra?

Jesús observó injusticias religiosas y sociales: reglas opresivas, abuso por autoridades y falta de compasión. Nosotros aprendemos a discernir esas situaciones con visión espiritual.

Él vio cómo la religiosidad hipócrita y el poder mal usado dañaban a la gente. Nosotros reconocemos situaciones similares hoy y respondemos con la enseñanza del Reino, no con política.

Jesús no tomó partido por revoluciones; nosotros entendemos que imponer soluciones humanas no resuelve el problema de raíz.

Ante las injusticias, priorizamos predicar las buenas nuevas, porque el cambio de corazón produce la transformación duradera que la acción política no garantiza.

Sentimos la injusticia, pero actuamos especialmente buscando la sanidad espiritual de quienes sufren, brindando consuelo y esperanza.

Preg. 7, 8 — ¿Por qué no intentó Jesús acabar con las injusticias de su tiempo? (Juan 18:36

Jesús comprendía que la raíz del problema radica en la influencia de Satanás y en la imperfección inherente a la humanidad; únicamente el Reino de Dios posee la autoridad y el poder necesarios para erradicarlo de manera definitiva.

Él centró su ministerio en proclamar el Reino, la solución divina destinada a transformar tanto los corazones como los sistemas. Nosotros seguimos su ejemplo adoptando la misma estrategia: enseñar la solución definitiva en lugar de impulsar reformas humanas.

Aceptamos que las soluciones humanas son temporales; por eso no depositamos nuestra esperanza en gobiernos, sino en la intervención divina.

Al evitar activismo político, mantenemos coherencia con el mensaje del Reino y preservamos nuestra neutralidad cristiana.

Mientras esperamos, usamos el tiempo predicando y ayudando a individuos, confiando en la promesa de la justicia de Jehová.

ANTE UNA INJUSTICIA, IMITEMOS A JESÚS

Preg. 9 — ¿Por qué estamos convencidos de que solo el Reino eliminará las injusticias?

Porque la Escritura revela que Jehová echará fuera a Satanás y establecerá un gobierno justo; sólo así se eliminarán las causas profundas de la injusticia.

Los problemas tienen raíz espiritual e imperfección humana; el Reino de Dios operará con autoridad y rectitud perfectas. Nosotros apoyamos esa esperanza y la anunciamos con confianza.

Recordamos testimonios de quienes cambiaron al conocer la Palabra; eso refuerza nuestra convicción en la eficacia transformadora del mensaje del Reino.

Nos negamos a creer que cambios humanos permanentes sean posibles sin la dirección divina; mantenemos esperanza basada en promesas bíblicas.

Al explicar nuestra convicción, llevamos consuelo y seguridad a quienes sufren, asegurándoles que la justicia plena vendrá.

Preg. 10 — Según Mateo 5:43-48, ¿por qué no intentamos promover cambios sociales?

Porque Jesús nos ordenó amar incluso a los enemigos y no adoptar actitudes rebeldes; promover cambios sociales mediante confrontación puede contradecir ese mandato.

Muchos movimientos son conflictivos y pueden incitar violencia. Nosotros preferimos seguir el camino de amor y neutralidad que Jesús enseñó, mostrando una alternativa pacífica y divina.

Mantenernos fuera de luchas políticas preserva nuestro testimonio y permite que otros vean la diferencia del mensaje cristiano.

Evitar movimientos políticos reduce la posibilidad de ser influenciados por ideologías que distorsionan nuestra fe.

En lugar de protestar, nosotros predicamos, consolamos y ayudamos a quienes sufren, aportando soluciones espirituales que cambian corazones.

Preg. 11 — ¿Por qué a veces nos puede resultar difícil seguir el ejemplo de Jesús?

Porque la rabia y el deseo de justicia son naturales; cuando nos dañan, sentimos ganas de actuar según la carne, lo que puede llevarnos a confiar en soluciones humanas.

Influencias externas y emociones intensas pueden desviarnos. Nosotros debemos examinar nuestras motivaciones y cortar vínculos que nos alejan del camino de Jehová.

Revisamos con quién nos asociamos; si ciertas compañías nos incitan a buscar soluciones humanas, tomamos distancia para proteger nuestra fe.

Reconocemos que resistir la reacción natural exige esfuerzo y oración; pedimos a Jehová sabiduría y control emocional.

Recordamos cómo Dios corrigió a quienes se dejaron llevar y aprendemos a elegir caminos que reflejen la fe en el Reino.

Preg. 12 — ¿Por qué debemos elegir con cuidado lo que vemos, leemos o escuchamos?

Porque la información sesgada o repetitiva puede inflamar la emoción y desviarnos; nosotros regulamos lo que consumimos para mantener calma y perspectiva bíblica.

Exponernos constantemente a noticias indignantes puede erosionar la esperanza y la neutralidad. Nosotros escogemos fuentes que informen sin fomentar rencor ni radicalismo.

Limitamos el tiempo en redes y exposiciones mediáticas que provoquen amargura; esto protege nuestra salud espiritual y emocional.

Al reducir consumo de noticias negativas, usamos tiempo en oración, estudio bíblico y predicación, acciones que realmente ayudan.

Aplicamos principios bíblicos para discernir qué contenidos permiten edificarnos y cuáles nos arrastran hacia actitudes contrarias al evangelio.

Preg. 13 — ¿Cómo nos ayuda la lectura diaria de la Biblia?

La lectura diaria nos recuerda la soberanía y justicia de Jehová; nos da consuelo y perspectiva, y nos fortalece para aguantar injusticias sin perder la esperanza.

Meditar en textos que muestran la justicia divina nos centra en la verdad. Nosotros usamos la Palabra para contrarrestar la rabia y para fortalecer nuestra confianza en la intervención de Dios.

Los relatos bíblicos de quienes confiaron en Jehová nos dan ejemplo y coraje; meditarlos nos impulsa a seguir fieles en medio de la adversidad.

La disciplina de leer y meditar crea un banco de versículos que podemos recordar en momentos de tentación e indignación.

La Biblia no solo consuela; nos guía en cómo actuar con amor y sabiduría ante las injusticias del mundo.

¿QUÉ PODEMOS HACER AHORA?

Preg. 14 — ¿Cuál es una de las cosas que podemos hacer ahora? (Colosenses 3:10, 11)

Podemos decidir tratar a todos con respeto y amor, reflejando la nueva personalidad que Jehová desea; esa conducta muestra que el Reino es diferente.

Aunque no podamos eliminar injusticias globales, sí podemos cambiar nuestra conducta personal; nosotros practicamos el amor y la igualdad con todos, testificando del Reino.

Cada acto justo y respetuoso es una semilla; nosotros sembramos con palabras y hechos que ayudan a transformar corazones.

Vivimos la enseñanza de la Biblia en el trato diario: no hacemos distinción de personas y demostramos compasión, aun con quienes no nos agradan.

Al ser amables y justos, atraemos a otros a la verdad; la conducta cristiana puede influir más que protestas y enfrentamientos.

Preg. 15 — ¿Qué conseguimos al predicar?

Al predicar, proclamamos el Reino que transformará corazones; cada persona alcanzada es una potencial mano menos que contribuye a la injusticia.

La predicación cambia valores. Nosotros vemos testimonios de personas que dejaron violencia y odio tras conocer las enseñanzas bíblicas; esa transformación reduce las causas de la injusticia.

Predicar da esperanza a oprimidos: les presentamos una solución segura y eterna, y eso consuela hoy y prepara para el mañana.

Enseñar principios bíblicos ayuda a formar ciudadanos honestos y pacíficos, disminuyendo injusticias futuras.

Predicar es coherente con nuestra neutralidad: no imponemos sistemas humanos sino que ofrecemos la alternativa divina, con el amor como herramienta.

Preg. 16 — ¿Por qué quiere usted predicar el mensaje del Reino?

Porque creemos que el Reino traerá justicia perfecta; predicando damos esperanza y ofrecemos la única solución verdadera a quienes sufren injusticias.

Al compartir la buena nueva, nosotros ayudamos a que las personas cambien de mentalidad y conducta; la transformación personal es el inicio del cambio social real y duradero.

Predicamos por compasión: queremos que los otros conozcan alivio y consuelo y que no sigan atrapados en sentimientos destructivos.

Nos sentimos responsables de transmitir la verdad; predicar es el servicio más eficaz que ofrecemos en favor de la justicia.

Nuestra experiencia transformadora nos impulsa: al compartir lo que nos ayudó, contribuimos a que otros también dejen hábitos dañinos.

Preg. 17 — ¿Cómo nos ayuda Jehová a sobrellevar las injusticias de este mundo?

Jehová nos asegura que hay un fin para la injusticia: expulsará a Satanás y establecerá justicia mundial; esa promesa nos sostiene y nos motiva a perseverar.

Mientras esperamos, Jehová nos consuela y nos instruye mediante la Biblia. Nosotros nos refugiamos en promesas divinas y en la hermandad que nos apoya para seguir fieles.

La congregación es un apoyo real: oraciones, visitas y ayuda práctica nos sostienen cuando la injusticia nos afecta de cerca.

Jehová nos da fuerza para predicar aun en medio de oposición; esa actividad nos ayuda a sobrellevar y a actuar con propósito.

Meditamos en la promesa del nuevo mundo y eso convierte nuestras pruebas actuales en "momentáneas y ligeras", manteniendo intacta nuestra esperanza.

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